El cernimiento ginecológico: una decisión que salva vidas
- Marian Torres
- 3 abr
- 2 Min. de lectura
Por Taisha Meléndez Larroy, MPH

Cada año, miles de mujeres reciben un diagnóstico de infección por el Virus del Papiloma Humano (VPH), el principal responsable del cáncer cervical, también precursor de cancer de vagina, vulva, ano, pene y orofaringe. A pesar de los avances médicos, una realidad innegable persiste: no existe un tratamiento para eliminar el VPH cuando la infección es persistente. Esta es una verdad que no podemos ignorar y que refuerza la importancia del cernimiento ginecológico regular, para quienes la vacuna no es una opcion por factores como la edad.
El VPH es un virus sumamente común. Nueve de cada 10 personas lo adquieren en algún momento de sus vidas, la mayoría sin siquiera saberlo. En la mayoría de los casos, el sistema inmunológico logra combatir la infección y eliminar el virus de manera natural. Sin embargo, cuando la infección se vuelve persistente, puede generar lesiones precancerosas que, sin un monitoreo adecuado, pueden evolucionar a cáncer.
Aquí es donde radica el poder del cernimiento ginecológico. A través de pruebas como la citología cervical (Papanicolaou) y la prueba de detección del VPH, es posible identificar alteraciones celulares antes de que se conviertan en un problema mayor. Detectar a tiempo una lesión precancerosa brinda la oportunidad de intervenir con tratamientos efectivos que previenen el desarrollo del cáncer cervical.
La ausencia de síntomas en las etapas tempranas del VPH y sus complicaciones hace que muchas mujeres posterguen o subestimen la necesidad de realizarse estas pruebas. Sin embargo, la detección temprana es la clave para evitar consecuencias irreversibles.
El cancer cervical es altamente tratable y curable si se detecta temprano. En cambio otros tipos de cánceres asociados al VPH carecen de pruebas de Cernimiento o detaccion a menos que se presente una lesion visible como lo es el caso del cancer de orofaringe.
No podemos darnos el lujo de esperar. La única manera de adelantarnos al impacto del VPH es a través de la prevención y el cernimiento regular. La vacuna está indicada hasta los 45 años y es parte de la cubierta de la mayoría de los seguros de salud. Las gúias para el cernimiento permiten que mujeres de 30 a 65 años se realicen la prueba primaria de VPH cada cinco años, el co-testing (Papanicolaou + prueba de VPH) cada cinco años o el Papanicolaou solo cada tres años.
Es momento de hacer conciencia, de priorizar nuestra salud y de tomar decisiones informadas. Si aún no te has realizado tu chequeo ginecológico este año, agenda tu cita hoy. Tu salud está en tus manos.
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